Ultra tosigoso Mediante un operativo que
supera los balbuceos jurídicos de sus propulsores, con la reforma del Código
Civil están intentando aniquilar los vestigios de la vieja Argentina.
Acomodándola al modelo materialista marxicubano,
con algo comparable a la
infección de todas las aguas de un pueblo. Porque de hecho, semejante estropeo -acaso indefectible de no haber
reacciones condignas- lisa y llanamente significa pervertir las normas
jurídicas que regulan las relaciones generales y cotidianas de todas las
personas, desde su nacimiento hasta la muerte. Aquello que, como es sabido,
constituye el ancho ámbito del Derecho común, eminentemente comprendidas las
relaciones de familia. Pero el proyecto no sólo avanza sobre la primera célula
de la sociedad, porque sin detenerse recoge las peores audacias
tecnológicas inventadas contra la naturaleza creada por Dios. En un mar de
contradicciones, falsedades y confusiones típicas de los engendros del Padre de
la Mentira.
Antídoto inmediato Sin la menor exageración -y a
favor de una sana respuesta- cabe resaltar que sus autores muestran el bajo nivel en altos
peldaños judiciales. Sus paradójicas extravagancias pues, requieren el rechazo
a "libro cerrado”, junto a la pertinente recriminación por el ataque
deletéreo que encubre la inventiva. Asimismo, todo indica la
inconveniencia del diálogo, que fatalmente habría de redundar en
una coparticipación de la maldad… cuando termine sancionada, con los retoques
de circunstancia. Sin inmiscuir en materia que supera al lego, cabe recordar
aquella prudente recomendación de no dialogar con el demonio o sus congéneres.
Y con plena autoridad de la memoria fresca, también corresponde recordar las consecuencias
de los intentos dialogantes. Principalmente por los “frutos” de la Ley Nacional de
Educación (laica y promarxista) y de las congruas disposiciones a favor
de la Educación
Sexual (con respectivo manual
pornográfico).
Advertencia secular Puede servir de apoyo a todo esto, lo expresado por un antiguo diario de Córdoba –Los Principios- al conmemorarse el cincuentenario del Código Civil vigente. Allí se consignaba la conspiración, ya en marcha por entonces, que precisamente ahora quiere concretarse. Dice el ilustre cronista: “…Nuestro Código ha sido valla insalvable para los que buscan la disolución de la familia y la destrucción de la sociedad civil. Creemos en la necesidad de reforzar esas instituciones a fin de salvarlas de la tempestad que las azota” (“Cincuentenario del Código Civil – homenaje al doctor Vélez Sarsfield. Los Principios, 30 de Septiembre de 1919”).
Advertencia secular Puede servir de apoyo a todo esto, lo expresado por un antiguo diario de Córdoba –Los Principios- al conmemorarse el cincuentenario del Código Civil vigente. Allí se consignaba la conspiración, ya en marcha por entonces, que precisamente ahora quiere concretarse. Dice el ilustre cronista: “…Nuestro Código ha sido valla insalvable para los que buscan la disolución de la familia y la destrucción de la sociedad civil. Creemos en la necesidad de reforzar esas instituciones a fin de salvarlas de la tempestad que las azota” (“Cincuentenario del Código Civil – homenaje al doctor Vélez Sarsfield. Los Principios, 30 de Septiembre de 1919”).
Abril de
2012 Juan E. Olmedo Alba Posse